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La rutina diaria de Marco Aurelio, el gran filósofo del estoicismo, aplicada a hoy en día: «Solo así se es un buen hombre»

Marco Aurelio, uno de los grades referentes del Estoicismo, seguía una rutina diaria. Las claves: sabiduría, templanza y justicia.

Marco Aurelio, el emperador que aparece en la mítica película ‘Gladiator’ de Russell Crowe, fue mucho más que un emperador romano. Siempre guiado por la razón, se convirtió en uno de los filósofos estoicos más reconocidos y su rutina diaria sigue siendo, todavía hoy, fuente de inspiración. Fue el último de los llamados Cinco Buenos Emperadores, y su gobierno estuvo marcado por las Guerras en Asia y, al final de su reinado, con las tribus del centro y norte de Europa.

Pero… ¿cómo era la rutina estoica de Marco Aurelio? Sencillo, hábitos saludables y enriquecedores para el cuerpo y el espíritu en el que la mente y la razón siempre mandaban por encima de todo lo demás.

Marco Aurelio no dormía más de 8 horas y se despertaba muy temprano para meditar y escribir. Siempre antes del amanecer. Seguidor de la doctrina Premeditatio Malorum, planificaba cuáles eran su tareas cada día y los posibles problemas y conflictos a los que enfrentarse. Un entrenamiento mental que era la base de su filosofía estoica.

Marco Aurelio y la atención plena

Y en un mundo lleno de estímulos, tentaciones y distracciones, siempre defendía al atención plena, lo que ahora se llama «poner focus» en algo. Es decir, vivir el presente con plenitud, no procrastinar. Y como siempre han defendido los estoicos, no se puede controlar lo que no depende de nosotros, pero sí la reacción y actitud que tenemos ante lo que nos sucede.

Marco Aurelio valoraba la sabiduría y, por encima de todo, el aprendizaje continuo. Nunca paraba de leer a sus contemporáneos, pero también a los filósofos antiguos como Aristóteles, Epicteto o Platón. Para él los errores y el dolor eran un oportunidad para crecer como persona y aprender.

Cultivaba su mente, pero también su cuerpo. ¿Cómo? Haciendo ejercicio siempre en conexión con la naturaleza. Montaba a caballo, caminaba a diario y se daba relajantes baños antes de acostarse y dormir.

Marco Aurelio: «Cada error o cada revés es una oportunidad de aprendizaje»

Su liderazgo estaba basado en la transformación de las dificultades en virtudes. Cada revés era un aprendizaje para fortalecer el carácter y la resiliencia. «No malgastes más tiempo argumentando acerca de lo que debe ser un buen hombre. Sé uno de ellos», defendía en sus escritos y diarios. Animaba a no confundir amor propio con autoestima y proponía la sabiduría, la templanza y la justicia como las bases de un buen estoico.

Y siempre, al final del día, Marco Aurelio reflexionaba sobre sus acciones durante el día, buscando enseñanzas y aprendizaje.

 

 

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